La Real Academia de Medicina de Murcia, surge de una hermosa y plural tradición que ya brillaba en la Edad Media por medio de una antiquísima Academia de Medicina, cuya existencia puede encuadrarse en los años en los que ejercieron su actividad figuras tan relevantes como Abraham Musa Phia, Honain ben Isaq, Ibn Sabín y el extraordinario Ibn Arabí, figura cumbre de la ascética islámica. Cuando en el año 1243, pisó Murcia por vez primera el Príncipe que habría después de llamarse Alfonso X el Sabio, queda sobrecogido por el esplendor de la cultura murciana, y, al conocer al famoso médico Mohamed el EL-Riquti, pasmado de su saber, le construye una Escuela para enseñar Medicina, Matemáticas y Música. |
Posteriormente, Murcia sigue teniendo médicos destacados como Jerónimo de Santa Fe y Diego Mateo Zapata, que fundara la Real Academia de Medicina de Sevilla, hasta llegar al siglo XVIII en el que encontramos las raíces de la Academia actual. A finales de la época barroca, los profesionales de la Medicina tienden a agruparse en asociaciones de carácter religioso-científico. Así surgen, en la actual Región de Murcia, como antecedentes más próximos, dos instituciones precursoras: La Academia Médico-Práctica de Cartagena, que data de 1740, y la Academia Médica Murciense creada en 1758.La Real Academia de Medicina de Murcia actual es una anciana institución que comienza en 1811, siendo de las más antiguas de España, después de las de Sevilla, Valladolid, Madrid y Granada.
Señala Gelabert que, ‘ansias de cultura, acuciadas por un interés científico, supervocación profesional con riesgo de la propia vida, fueron ideales hechos realidad y propósitos que cuajaron en una labor rayana en el heroísmo, y unos y otros fueron también los determinantes de la fundación de esta Academia de Medicina, de la que bien puede decirse que si atesorase la merced de un escudo nobiliario que heráldicamente diese fe de méritos y hazañas, su emblema simbolizaría dos grandes sentimientos, el del saber y el de la caridad’.
El día 29 de mayo de 1811 en los salones de la Casa Consistorial D. Bartolomé Colomar, médico nacido en Orán, funda la Real Academia de Medicina. La capital contaba entonces con 35.000 habitantes. La Real Academia de Medicina de Murcia surge en unas circunstancias especialmente difíciles para Murcia. El hambre, una gran sequía y la epidemia de fiebre amarilla asolaban nuestra región, sin olvidar la ocupación francesa.
Parece claro que los primeros pasos de la Academia se dieron en un ambiento poco dado a la calma y sosiego de los Académicos fundadores, los cuales tuvieron que realizar su trabajo con gran abnegación e incluso inmolando algunas vidas.
Cuatro periodos lleva transitados la Real Academia de Medicina desde su fundación, periodos jalonados por tres cierres, el de 1823, el de 1830 y el último de 1936. En estas tres fases de clausura, que en total acumulan 17 años, loa Académicos siguen trabajando y luchando por la reapertura de la Academia, lo que finalmente consiguen, no sin grandes esfuerzos
Las Academias y otros centros culturales se han tenido por lo general como simpatizantes de las ideas liberales y democráticas. La primera suspensión (1823), que duró cuatro años, se produjo en un periodo de efervescencia reaccionaria. Fue disuelta la Academia de Murcia junto a las del resto de España. La segunda suspensión (1830) la tuvo cerrada durante más de doce años se debió a una reestructuración administrativa en la que Murcia se asimiló a la de Granada. Se reinstala en 1841 y desde entonces la Real Academia ya no ve interrumpida su actividad, excepto durante dos años y medio de guerra civil, periodo en el cual todas las Reales Academias fueron suspendidas por un decreto de Azaña.
La participación activa de la Academia, a lo largo de la Historia, en la Sanidad Pública Murciana ha sido una constante, no sólo en las numerosas epidemias de cólera, tifus exantemático, fiebre amarilla, etc., sino también en problemas relacionados con la mortalidad infantil, abastecimiento de aguas, vacunación antivariólica, intoxicaciones alimentarias, paludismo, prostitución, etc.
En la primera etapa, la Academia se encarga de luchar contra la epidemia de fiebre amarilla. La muerte alcanzó a cinco Académicos, que fueron contagiados por la fiebre amarilla, los médicos Cuenca, Rocamora y Valera, el cirujano Cebrián y el farmacéutico Ortuño. Otras epidemias tuvieron atención preferente y lo fueron las 8 epidemias de cólera habidas en Murcia entre los años de 1834 al de 1890.
La Academia se ocupaba del estado sanitario de las aguas, advirtiendo a las Autoridades del peligro que suponía el lamentable estado que, en ocasiones, presentaba el río Segura.
Numerosos estudios se realizaron sobre las aguas mineralomedicinales, en los que la Academia aportó su voz autorizada sobre las características y efectos terapéuticos de las aguas de Alhama, Mula y Fortuna, entre otros.
El Pleno de la Real Academia de Medicina de Murcia se reunía cada 15 días, levantando acta del estado sanitario local. Estas actas están guardadas en la Biblioteca de la Academia y a través de ellas se puede seguir toda la historia social y sanitaria de Murcia durante el siglo XIX; constituyen un auténtico tesoro a disposición de todos los investigadores.
La Real Academia tuvo la facultad de examinar para otorgar la Licenciatura en Medicina, lo que entonces se conocía como examen de reválida para los médicos. La Academia ejerció una importante acción tutelar sobre la profesión médica, dictando normas para evitar el intrusismo, con actuaciones sobre curanderos.
La acción tutelar sobre la Medicina se extendía al capítulo de la deontología. Por orden de la Junta Suprema las Academias son las encargadas de la vigilancia de las normas deontológicas existentes. |
La ayuda a la Administración de Justicia ha sido permanente, emitiendo dictámenes de gran trascendencia judicial, hasta el punto que a los informes periciales emitidos por la Academia se les conocía como la ‘prueba reina’.La colaboración con las autoridades políticas y sanitarias ha sido constante, asesorando en múltiples y variados aspectos, a toda clase de autoridades incluido el Rey, y es que la Real Academia de Medicina de Murcia siempre disfrutó de un gran prestigio en el ámbito nacional. En una ocasión su Majestad solicitó un informe pericial a su Academia de Murcia para dirimir una disputa sobre sanidad exterior.La Real Academia de Medicina de Murcia cuenta desde el pasado día 11 de noviembre de 2001 unos nuevos Estatutos, actualizados y cuyos cargos directivos no pueden desempeñar nada más que dos mandatos sucesivos.
La Real Academia actual la componen 40 Académicos de Número, de los cuales 8 no son médicos, sino profesiones afines: veterinarios, farmacéuticos, biólogos y químicos. Dentro de los médicos existe representación de la mayoría de especialidades. Además, existen otros tipos de Académicos: Correspondientes, de Erudición, Protectores, Honorarios y de Honor.
Las actividades Académicas consisten en Sesiones Científicas, Sesiones Solemnes, Juntas de Gobierno y Juntas del Pleno. En las Sesiones Científicas se debaten los temas referentes a las Ciencias de la Salud, en los que se presentan y debaten temas de actualidad. Las sesiones solemnes consisten en la inauguración de curso y las que se celebran para la recepción de un Académico de Número o de un Académico de Honor
La Academia realiza publicaciones periódicas sobre temas relacionados con la historia de las Ciencias de la Salud. El pasado año 2000 se publicaron tres títulos: La Historia del Hospital San Juan de Dios, Medicina Popular de Jumilla y Sanidad, Salud y Cambio Demográfico en Yecla. En el presente año de 2001 se ha publicado el Hospital Real de Galeras y el Lazareto de San Julián de Cartagena. En elaboración se encuentra la obra sobre la vida del Dr. Closas, primer oftalmólogo murciano. Por último, reseñar que cada año se edita una extensa obra, llamada ‘Anales’, donde queda reflejada la actividad científica académica.
La Real Academia anualmente organiza la Academia en estrecha colaboración con los Departamentos Universitarios.
Y, por último, la Educación para la Salud. Al amparo del convenio de colaboración con la Asamblea Regional se han organizado cursos sobre prevención del Tabaquismo, dirigidos a Profesores de Ciencias Naturales de Enseñanza Media y se sigue una política de impartición de mesas redondas en diferentes municipios de la región, en el que siempre se han tratado temas de suma actualidad como las Meningitis, cuando existía alarma social, Los Trastornos de la Alimentación: Anorexia y Bulimia o la Enfermedad de las Vacas Locas, por citar tan solo algunos ejemplos.
La Academia no posee infraestructura para realizar una investigación de tipo experimental pero si un amplio bagaje documental que permite la investigación histórica. En el presente nos estamos esforzando en completar la catalogación completa de los fondos bibliográficos manuscritos de los siglos XIX y XX.