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Historia

La Historia de la Real Academia de Medicina de Murcia: Un Legado de Conocimiento y Servicio

La historia de la Real Academia de Medicina de Murcia se teje a lo largo de siglos, arraigada en una rica tradición médica que se remonta a la Edad Media. Murcia ha sido un hogar para destacados médicos, desde Jerónimo de Santa Fe hasta Diego Mateo Zapata, quien fundó la Real Academia de Medicina de Sevilla. Sin embargo, las raíces de la Academia actual se encuentran en el siglo XVIII.

Durante la época barroca, los profesionales de la medicina comenzaron a unirse en asociaciones de carácter religioso-científico, sentando las bases para las futuras instituciones médicas. En la Región de Murcia, dos instituciones precursoras surgieron como antecedentes más cercanos: la Academia Médico-Práctica de Cartagena en 1740 y la Academia Médica Murciense en 1758.

La Real Academia de Medicina de Murcia tal como la conocemos hoy en día se fundó en 1811, convirtiéndose en una de las instituciones médicas más antiguas de España, después de las de Sevilla, Valladolid, Madrid y Granada.

Según señala Gelabert, la Academia representa la unión de dos grandes ideales: el del saber y el de la caridad. Su fundación en un momento histórico difícil, marcado por el hambre, la sequía y la epidemia de fiebre amarilla, refleja el compromiso de los académicos con el conocimiento y el servicio a la comunidad.

El 29 de mayo de 1811, en los salones de la Casa Consistorial, el médico Bartolomé Colomar, nacido en Orán, estableció la Real Academia de Medicina en una Murcia con 35,000 habitantes. La Academia nació en medio de circunstancias desafiantes, con epidemias y ocupación francesa.

A lo largo de su historia, la Real Academia de Medicina de Murcia ha atravesado cuatro períodos, interrumpidos por tres cierres temporales en 1823, 1830 y 1936. A pesar de estas adversidades, los académicos perseveraron en su labor, luchando incansablemente por la reapertura de la Academia.

La Academia no solo ha sido un faro del conocimiento médico, sino también un defensor activo de la salud pública en la Región de Murcia. Ha participado en la lucha contra epidemias como el cólera y la fiebre amarilla, así como en cuestiones relacionadas con la mortalidad infantil, el abastecimiento de agua, la vacunación y otras áreas de la salud pública.

En su compromiso con la salud, la Academia también ha contribuido con investigaciones sobre aguas mineralomedicinales, brindando su experiencia en las características y efectos terapéuticos de aguas como las de Alhama, Mula y Fortuna. La Real Academia de Medicina de Murcia ha dejado una huella indeleble en la historia médica y científica de la región, un legado de conocimiento y servicio que perdura hasta el día de hoy.